Nº3 de Road Cranville, Castillo de Nyr y Cedric

-Oh sí, en broma... por supuesto -acentué mi sonrisa, y aún me quedé allí dos segundos más, pero después obedecí y cerré la puerta. Aún reía por lo bajo.
-Bueno, pero finalmente he encontrado yo solo el baño xD

-Espera ahi, y NO HABRAS LA PUERTA BAJO NINGUN CONCEPTO- ordené y salí del agua rapidamente.
Me enrollé la toalla a toda prisa.
-Ya está, ya puedes entrar-dije mientras trataba de secarme el pelo sin demasiado exito.

Obedecí, sin más preámbulos, mirando atentamente el pasillo como si fuera lo más interesante del mundo. Y después abrí la puerta.
-Hola de nuevo -saludé alegremente, esbozando una pícara sonrisa. Desde luego aquello era más interesante que el pasillo.

Llevando solamente aquella miníma prenda me sentía algo ridícula.
Traté de sobreponerme y cruzándome de brazos, alcé una ceja y le dije:
-¿Te gusta lo que ves Cedric?

Me sentí algo sorprendido por la pregunta, y me llevé una mano a la barbilla, mirándola evaluadoramente.
-¿A qué viene esa pregunta? Yo creo que hasta conoces la respuesta -contesté, con una sonrisa pícara.

-Entonces dila...-me acerqué a él hasta quedar justo en frente, a pocos centímetros us labios de los míos.
Pensé durante unos instantes: Yo había estado a punto de morir, Cedric al borde de la locura... (xD) ¿no nos merecíamos un buen momento?

¿al borde de la locura? xDDD

-Me gustas tú -respondí, posando mis labios sobre los suyos con suavidad.
Me parecía que hacía años que no la besaba, pero seguía siendpo igual de agradable.

Sonreí y le correspondí el beso.
Hacia tanto que no sentía aquello...
Le rodeé el cuello con los brazos, sin pensar nada mas que en él.. en nosotros...

Alargué algo más el beso, pasionalmente. Después me separé ligeramente de ella, posando un dedo sobre sus labios.
-¿No prefieres ir a otro sitio? -la pregunté en un susurro, con una sonrisa pícara.

-Donde quieras llevarme...-murmuré alzando una mano y acariciando su rostro.
Por una vez, el mundo parecía ir a mi favor.

Por un momento, se me bloquearon las neuronas. Pensé rápidamente, y varias imágenes desfilaron por mi mente. Bah. Una cualquiera.
Me separé de ella e hice una teatral reverencia.
-¿La llevo o prefiere ir andando, señorita? -pregunté, divertido, abriendo la puerta.

-Ummm...-me llevé un dedo a los labios.-Si accede a llevarme...
Sonreí mientras me mordía el dedo, componiendo una angelical sonrisa.

-Sí es así... -musité, a la vez que agarraba su mano con delicadeza y la atraía hacia mí. Aún posé un último beso en sus labios.

Me dejé llevar por él, aun esbozando una pequeña sonrisa.
Notaba como el corazón me latía de forma acelerada y mis mejillas se encontrban levemente enrojecidas, aunque no traté de ocultarlo.
Aquello tenía su gracia ¿no?

Al poco rato, y debido principalmente a la falta de oxígeno, me separé de ella y cogí una suave bocanada de aire. Dessués esbocé una media sonrisa, atravesando la puerta con mi mano entrelazada en la de Nyr.

-Te quiero...-murmuré mientras salíamos del baño.
Sin saber muy bien porque, la mano que no estaba entrelazada con la de Cedric, se posó sobre mi pecho, dibujando una vez mas con el dedo índice la marca del pacto.
<<Y nunca mejor dicho lo de "juntos hasta que la muerte nos separe"...>> me dije a mi misma.

Me paré en medio del pasillo, de camino a las escaleras, y me volví hacia ella.
-Yo también. Mucho -murmuré, con una sonrisa apacible. Dudaba si seguir caminando o no. La escena del Castillo pasó a toda velocidad por mi mente. Alcé una ceja.

-¿Por qué te paras?-pregunté extrañada.
Entonces una imagen pasó por mi cabeza, a una velocidad impactante, peor aun así la escena me conmovió:
Dos niños, de no ams de tres años, uno con el pelo grisáceo y otro pelirrojo, corriendo por esta misma casa...
Los ojos se me nublaron unos instantes, como si yo no estuviera en este mundo.

-Eh, no hay prisa... -musité, y entonces vi que parecía quedarse algo ausente.
- ¿Y ahora qué te pasa a ti? -pregunté, esbozando una media sonrisa. Estábamos (¿? xD) en medio del salón, cerca de las escaleras.

-Uau... -conseguí murmurar.-Acabo de tener una visión...¡¡INCREíBLE!!-grité entusiasmada.
Cogí aire para soltar lo que había visto.
-Hijos.-dije solamente, sin atreverme a explicarlo.

Me quedé un momento totalmente petrficado en el sitio al oírlo, sorprendido. Pero pronto recobré la compostura, y respiré hondo.
-¿Cómo? -repetí, aunque noté, algo asombrado también, como la idea no me desagradaba.

-Hijos-repetí con una sonrisa.-Mocosos, niños, críos... correteando... por.. esta.. casa...-dije con lentitud, con una voz semejante a la de cuando llevas media hora corriendo sin parar y te detienes. Sin poder hablar del cansancio.

-Humm... -murmuré, aún pensativo. Entonces la miré sin borrar la sonrisa de mi cara, incluso haciéndola más ancha.
-¿Y te gustaba la idea?

Solté una risita nerviosa.
-No.. sabes cuanto. Sería... ¡sería perfecto!
Quizá de auqel modo mi autocontrol pudiese mejorar, quizá...
Solo había un problema... Eldonya era un lugar peligroso, y no precisamente bueno para críar a un niño.
El rostro se me ensombrenció al pensar en aquella posibilidad y la alegría que había sentido en todo momento pareció desvanecerse.

-¿En serio? -musité, llevando mi boca a su oreja.- Porque lo cierto es que a mí no me importaría.
Por un momento pensé, con cabeza. ¿Un niño? ¿Allí? Me reprimí para fruncir el ceño. Con tanto Hombre- Lobo, Humano y tanta cosa...