La calle principal

Me fui de allí.

Dos sombras aparecieron tras uno de los callejones de la ciudad mientras la luna se posaba en lo alto del cielo permitiendo ver con claridad a los alrededores.
Francis junto a su perro, que estaba completamente vendado del vientre, caminaban por las calles como si merodeando se tratara.
Una mueca de rabia estaba figurada en su rostro tras aquel extraño incidente con el licantropo y la vampireza.
Tras unas cuantas cuadras pudo observar a una joven muchacha que al parecer caminaba sola en medio de la noche. Una sonrisa aparecio en su rostro.
De inmediato se deslizo hasta su espalda y sin realizar practicamente ningun sonido clavo sus colmillos en su delicado cuello.
Los alaridos eran desgarradores pero al cabo de unos segundos la muchacha ya estaba muerta.
-Kain.- Susurro mientras el perro comenzaba literalmente a devorar las carnes de aquella jovenzuela que ahora se veia convertida en un monton de huesos rotos.

Aparcí allí y me eché sobre una deteriorada pared.
-¿Aprobándote de las pobres muchachas? -Le pregunté a Francis bastante divertida.
Observé con frialdad como el perro se comía los restos de la chica.
Cuando terminó miré hacia la oscura luna que se alzaba a lo lejos, observando todo de forma calculadora, me giré hacia Francis de nuevo.
-Te dije que estaba prohibido -Susurré con una fría voz semejante a la de la muerte.

Un susurro atravezo la oscuridad, era la protege-humanos de la otra vez que ahora habia visto derechamente todo lo sucedido.
-Es de mas provecho cuando son mujeres.- Dijo con un tono burlon mientras alzaba de la cadena al doberman.
-Ni siquiera conozco tu nombre y ya me impones normas, ja, no me parece simplemente.-
Dicho esto saco un pañuelo ya ensangrentado y comenzo a limpiar sus colmillos de semejante festin.

-Hola -Respondí mientras miraba a Francis.
-Lynd -Le dije tajante, aquel era mi nombre, mis apellidos ni los recordaba.
Kyrd me cogió del brazo y me llevó unos metros más alejado.
-¿Qué quieres? -Le pregunté con frialdad.

Miré hacia otro lado mientras escuchaba todo lo ocurrido.
-Lo siento -Dije simplemente. -A ella no le gustaría que estuvieses como ahora estás -Seguí diciendo, mentalmente.

Observo al sujeto que llego de improviso y sin prestarle mucha atención respondio a su saluda alzando su mano izquierda.
-Lynd, bello nombre...- Dijo con un susurro mientras caminaba dos pasos hacia atras y luego desaparecia entre las sombras de un callejon.
-Nos volveremos a ver... Lynd.- Dijo su voz resonante entro los callejones pese a que su persona ya habia desaparecido.

-Adiós Francis -Le dije momentos antes de que desapareciera, en un susurro que sólo nosotros dos podíamos oir.
<No te atormentes> le dije a mi hermano mentalmente, intentando consolarlo, mientras posaba mi mano sobre su hombro.
<No la convertiste en un monstruo como somos nosotros> no se me daba bien consolar a la gente y podía admitirlo sin ninguna dificultad.

-Pero no lo hiciste y ya no hay manera de volver al pasado, lo hecho, hecho está -Le dije, tajante.
Quizás mi voz había sonado demasiado fría e inexpresiva, pero no me importaba realmente.