La laguna cristalina

Me puse en tensión al ver entrar a la vampira sedienta. Me dí cuenta de que Eli y ella se conocían. Me quedé callada mientras miraba hacia otro lado, para no romper aquel emotivo encuentro. Tenía todos mis músculos en tensión y estaba dispuesta a lanzarme contra la vampira si en algún momento se hiciese necesario.

Me dí cuenta de la tensión que un momento había vivido el cuerpo de Elizabeth, acababa de darse cuenta de que su hermana era una de mi especie.
<No te preocupes, no dejaré que la toques> le dije mientras sonreía con una macabra sonrisa y seguía mirando hacia otro lado, por lo que ninguna de las dos se dió cuenta.
La tensión de mi cuerpo desapareció complétamente, yo era una vampiresa ya madura y era bastante rápida en comparación con los demás.
Miro la laguna y decido pegarme algún remojante bañito.
Me sumerjo en ella con rapidez y doy unas cuantas vueltas, en cuestión de segundos vuelvo a aparecer sobre el prado, con las ropas totalmente mojadas.

Sonreí con frialdad al ver que Deloys había llegado.
-Hola Deloysita -Le dije bastante divertida, noté que venía a por Elizabeth, y si era a por la otra chica, la verdad era que no me importaba, le deseaba un gran festín.
*Vete y llévatela contigo* le dije a la otra vampiresa con la que Eli estaba.
-Sí, ¿Verdad? lástima que no la vayas a probar -Le dije mientras sonreía divertida y clavaba mis ojos en los suyos.

La miré divertida.
-Cierto... a mí me da igual lo que hagas -Susurré en el oído de Deloys. -Pero sabes que no te convengo como enemiga querida Deloysita -Le digo mientras toco un mechón de pelo suyo.
Vuelvo a aparecer a unos metros de Deloys.
*Llévatela, no te conviene luchar ni enfrentarte a esta vampira, déjamela a mí* le dije a la vampiresa, que parecía no querer irse.
-Sabes Deloys... sin tí he estado más triste... -Le dije con sarcasmo.

-Deloysita, Deloysita... que inocente que eres -Le dije divertida, mientras la miraba.
-Kyrd no lloraría por mi muerte, en todo caso lloraría por la tuya... te quería tanto... ais, que pena de chaval, lo dejaste destrozado -Dije con frialdad, mientras apollaba mi espalda en el tronco de un árbol cercano.
-Además, Deloysita querida, sabes que no te conviene luchar contra mí, alguna de las dos podría salir perjudicada... ¿Qué dolor para los que te quieran no? -Le pregunté con una frialdad inhumana. -Si es que hay alguien -Sonreí con frialdad.

Sonreí divertida.
-Oh no... perdona... yo solo me divertía a mí misma, ¿te ofendí? -Le dije divertda, con una absoluta frialdad.
-Entonces no eres superior a cualquier ser vivo Deloysita querida -Dije con frialdad -dejaste a Kyrd porque Salazar te superaba por muchísimo, fuiste controlada por él -Sonreí bastante divertida.
-Querida, querida, que poco sabes si piensas que eres mejor que un humano -Dije -Ellos no se suelen dejar controlar por un ser de su misma especie, cosa que tú sí -Terminé la frase en su oido, divertida y fría a la vez.