Nº 2 de Road Cranville, Mansión de Kyrd y Lady Deloys

Ésta es la mansión de Kyrd y Lady Deloys.

La casa por fuera

El salón

El hall

El dormitorio.

Que la disfrutéis

Llegué a aquella enorme mansion y me senté en los escalones que llevaban a la puerta principal y esperé paciente a Deloys.

Lo siento-me disculpe con una sonrisa-¿Qué es este palacio?
Me acerco a el y le beso con dulzura.

La besé.
-Este palacio -le dije abrazandola- es tuyo y mío.

Que-le dije sorprendida-¿NUESTRO?
Subo las escaleras y entro en el palacio.
Es precioso,pensé sin poder creermelo.
Vuelvo hacia donde estaba Kyrd,le cojo de la mano y le llevo dentro.

Visitamos todos los rincones de la casa. Salon, halll, dormitorio... todo era nuestro.
Me senté en el sofá del salon mientras dejaba que Deloys disfrutase.
*Me algro de que te guste, pequeña* pensé para mí.

Es precioso,Kyrd-le digo mientras me siento a su lado acostandome en su pecho-.
Le beso con pasion pero lentamente disfrutando de ese beso.
Hacia siglos que no podiamos estar solos mucho tiempo.

La besé lentamente, bebiendo de ese beso. La abrazé con fuerza y la estreché con fuerza entre mis brazos.
-Te quiero! -sonreí.

Yo tambien te quiero-me acerque mas a el-Nunca nos separaremos.
Le vuelvo a besar y me acerco mas a él.

La abrazé con fuerza.
-Nunca -le susrré.
No quiería que ese momento mágico acabara nunca...

Me separé un poco de el y le miré.
Echaba de menos estar contigo a solas-digo con dulzura-Ultimamente siempre aparecia Eyre...
Me acuesto en su hombro.

-Lo sé-murmuré-.
Le cogí las manos y las apreté con fuerza.
Nos quedamos un momento mirando la luz de la ventana.
Me levanté un momento para ir al baño.
-Voy a darme un ducha -le dije- necesito relajarme un poco.

Vale...-le dije lamentando que el momento acabase-No tardes.
Le beso dulcemente mientras paso mis brazos por su cuello.

Entré en el baño y me quité la ropa. Dejé la espada en un lado del baño y me dí una larga ducha. Aún había restos de sangre en mi piel. Entonces me acaricié la mordedura de Salazar y maldecí por lo bajo.
Salí de la ducha y fuí al dormitorio. Busqué ropa nueva y me la puse.
Una reluciente camisa negra y una capa con unos pantalos de tela vaquera oscuros.
Bajé de nuevo al salón y me encontré a Deloys vuelta de espaldas. La agarré por la cintura y la besé con pasión.

Me sobresalté,pero respondi a ese beso.
Creo que me voy a ir a dar una vuelta al lago-le susurre en el oido-Hasta luego.
Le besé de nuevo y me fui.

Llego y voy directamente al dormitorio,me desplomo en la cama.
Despues de un rato de descanso me levanto para colocar mi ropa en el enorme armario.
Una vez que la he colocado escogo un vestido corto negro y me voy a la ducha.
Me doy una ducha con agua fria,me seco y me pongo el vestido corto.
Vuelvo al cuarto y me tumbo en la cama.
Despues de descansar,me levanto y me voy.

Llego a la casa, rendido. Había demasiadas cosas en mi cabeza como para que pudiera pensar en algo coherente.
Abrí la puerta principal y cruzé el hall hasta llegar al salon.
Me desplomé en el sillón, con un suspiro.
Miré hacia mi derecha, el sitio donde nos habíamos estado besándonos Deloys y yo la primera vez que entramos en esta casa.
Parécia que aún la veía, la sentía, oía su voz y disfrutaba de la luz de sus ojos.
Pero esa Deloys la había perdido para siempre, todo por mi culpa.
Dos lágrimas cayeron por mis mejillas. Arrojé la espada al suelo y me levanté d eun salto.
Di vueltas por toda la casa, sin saber lo que estaba haciendo.
Fui al baño y me miré al espejo, el único en la casa en la que yo me reflejaba.
Estaba horrible. Tenía unas hojeras kilométricas, la ropa estaba sucia. Mis ojos grises estaba rojos del cansancio.
Susupiré y me fui al dormitorio. Ya no podía hacer nada para recuperarla, era inutil. La Deloys que yo conocí, de la que yo me enamoré ha desaparecido. Me desplomé en la cama y cerré los ojos. Todos nuestros recuerdos pasaron por mi cabeza, todos los sentimientos.
Lloré, como un crío que ha perdido lo que más le gustaba.
En un intento vano de recuperar a mi Deloys la llamé, con el corazón encojido de trsiteza.
<Deloys> le dije aunque sabía que no podía oirme <No te vallas>
Por fin, me quedé dormido en la cama, con el corazón partido en dos mitades.

Desperté.
Me levanté de la cama y miré a través d euna pequeá ventana.
Era un dia nublado y lluvioso.
<Un día perfecto para mi muerte> pensé sonriendo con una amarga sonrisa.
Me quité la ropa y me puse una nueva, sin sbaer por qué.
Cruzé la casa entera, observando todo lo que tenía a mi alrededor.
Por alguna razón mi subconsciente me decía que hoy uba a ser mi día final.
Me puse mi cavardina y cruzé el Hall, hatsa llegar a la puerta principal. Me puse la capucha y salí al exterior.
La lluvia cayó sobre mis rostro, empapándome de arriba a abajo.
Bajé los escalones. Miré de nuevo atrás. Posiblemente sería la última vez que vería esta casa.
Suspiré y me fui, para dirigirme a mi muerte, a mi destino, a mi venganza.

Abrí la puerta y entré directo al salón.
La dejé en el sofá y la tapé con una manta.
-Voy a buscarte algo de muda.

-No hace falta que te molestes -Susurro.
Miro a mi alrededor. -Tienes una "casa" muy
bonita... -Me quedo en silencio y me intento
calentar con la manta.

Subí al cuarto y busqué algo de ropa en el armario.
Encontré un antiguo vestido de Deloys que nunca se ponía. Era un largo vestido negro de "palabra de honor" (xD) terminado en volantes complicadísimos.
Bajé las escaleras, cogí una toalla del baño y se la dí a Lynd.
-Toma, puedes secarte con esto y puedes ponerte esto como ropa.
-Voy a prepararte algo calentito.
Me encierro en la cocina y rebusco en los armarios.

-Gracias... -Me seco con la toalla y miro
el vestido. <<Que raro>> pienso. Me lo pongo
y voy a la cocina.
-¿Qué preparas? -Pregunto mientras miro lo
que hace.

La miro y me vuelvo de nuevo.
-Un chocolate caliente -le digo-. Espero que te guste.

Le miro dulcemente. -Siento causarte tantos
problemas... -Miro para otro lado tristemente.
-No debería de estar aquí... -Susurro.
-Nunca... bueno.. desde que soy vampira no he
probado nunca comida humana -Te miro fijamente.

-No me causas ningun problema -la miro cariñosamente.
Le doy la taza de chocolate.
-Pues ya es hora de que la pruebes.

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