El bosque de Eldonya

<Será lo mejor>
Echo un vistazo hacia atrás, peor no consigo distinguir al chico. Me habría gustado conversar con él. Peor hasta que no bebiese, estaría ne peligro conmigo.

Mi semblante se ocureció. Sentía algo ¿pero el qué? Miré disimuladamente a los árboles de los alrededores, sin embargo, no vi nada relevante. Aquel muchacho...
Volví a mirar a Nyr, decidiendo si ir a cazar o no. Moví la cabeza.
<Vamos> ordené.
Salté de rama en rama con envidiosa agilidad y rapidez.
Una vez en la parte mas alejada del bosque, bajé hasta un claro y me volví hacia Nyr.

Supongo que me habrás seguido ¿no?

Después de seguirla durante todo el recorrido, me detuve.
Sentía la presencia del chico, tenía algo... pero no conseguía saber que era. Tan solo que su sangre olía deliciosamente bien.

Me decidí a buscar algunas ardillas o quizá con un poco de suerte, un ciervo.
Me giré hacia Eyre.
<Sería bueno que nos separásemos, cuando terminemos nos avisaremos mediante un mensaje telepático ¿De acuerdo?> propuse.

-Tranquila...-dije mientras desaparecía entre los árboles, agudizando mis sentidos para captar una presa, o encontrara a aquel misterioso chico, quien me había dado una gran criosidad.

Noto una presencia, me acerco a un pequeño río donde se encuentra un lobo bebiendo de aspecto joven. Su sangre huele tan bien...
Un momento, esa sangre... no puede tratarse de un lobo corriente.
Aun así me acerco sigilosamente mientras me paso la lengua por los labios.

Un...hombre-lobo.
Trato de resistirme pero es demasiado tarde. Mis ojos han cambiado de color y mis colmillo han comenzado a alargarse peligrosamente.
Escucho el mensaje de Eyre pero para eso tambein es tarde.
A gran velocidad me abalanzo sobre él, pero antes consigo gritar.
-¡APÁRTATE!

Estaba descontrolada. Cerré los ojos tratando de ignorar el olor, pero era tan fuerte...y delicioso.
-No quiero...-murmuré mientras me ponía las dos manos sobre el pecho-No quiero que vuelva a ocurrir...

Trate de zafarme de Eyre, mientras gritaba.
Lo necesitaba... necesitaba alimentarme, y ya había echo mi elección.

Caigo de rodillas al suelo.
Anque estoy a punto de abalanzarme sobre él, el hombre-lobo no muestra signo alguno de nerviosismo o alteración.
Trato de controlarme mientras cierro la boca con fuerza.
-No...no te vayas...creo..que lo..he conseguido.-respiro profundamente mientras con una mano me tapo la nariz para evitar oler la sangre.-Perdoname...

Me levanto, mientras continuo con la mano sobre la nariz.
Cuando creo que el olor no conseguirá afectarme dejo caer la mano.
-Ya estoy bien...-la digo a Eyre.