Nº3 de Road Cranville, Castillo de Nyr y Cedric

-Bueno -murmuré, atravesando la puerta de la cocina.- Yo voy a ir un rato al salón, a ver si consigo quitarme este frío de encima. Si necesitas cualquier cosa, ya sabes donde estoy -añadí, con una sonrisa.

Asentí, con los ojos parcialmente cerrados.
Le besé dulcemente en la mejilla.
-Ten cuidado con las sartenes asesinas...-murmuré, divertida.

-Oh, descuida. No creo que vuelva a acercarme a la cocina -repliqué, divertido. Y avancé con paso ligero hasta el salón, el sofá, donde todavía estaba la manta. Mejor, que vaya frío *---*

Me dirigí de nuevo al dormitorio.
Fue llegar, tumbarme en la cama y quedarme profundamente dormida.

Finalmente, tras bastante rato allí tumbado y sin estar completamente dormido, me levanté, llevándome una mano a la cabeza. Bostece, aburrido, restregándome un ojo, y me levanté con cierta desgana, dirigiéndome a la cocina.
Tendría que tener cuidado con las sartenes asesinas ò__ó (xDD)

-Ummm...- arrugué la frente en medio de un bastante alterado sueño.
"No sabía exactamente de que se trataba, solo que tenía que escapar de algo, para proteger a alguien...
Demonios, Pero ¿De qué escapaba?¿qué debía proteger?"
-Dejame...-murmuré, mientras me revolvía entre las sábanas.
En esto, comenzaba a acercarme peligrosamente al borde de la cama...
"Ese "algo" conseguía atraparme, me debatía entre su mortal abrazo ..."
-¡Deja...-Grité, pero no pude acabar.
Me dí de bruces contra el suelo, despertándome al instante y soltando un gritito ahogado
-... me!-terminé aunque ya estaba despierta, tirada en el suelo.
El golpe debía haberse oído en kilómetros.
-OuchOuchOuch...-conseguí balbucear, dolorida.

Pegué un leve respingo, sorprendida, al oír un tremendo grito en el piso superior.
Despejado completamente, alcé una ceja, preocupado.
-¿Nyr? -exclamé.- Nyr, ¿estás bien? ¿Qué pasa?-pregunté, a la vez que comenzaba a subir las escaleras con rapidez.

-Ay... mierda... será posible...-murmuré.
Oí a Cedric.
-Si, si... estoy bien, creo... Ouch...- el golpe que me había pegado en la cabeza era tremendo.
Suspiré mientras me ponía una mano en la nuca, donde me había golpeado al caer.
-Seré torpe...

-¿Seguro? -repetí, lllegando por fin arriba y abriendo la puerta de la habitación. -¿Te has hecho daño? pregunté al verla en el suelo.

-No, para nada...-murmuré agitando una mano en gesto tranquilizador.-Aunque creo que alguna que otra neurona ha fallecido con el impacto...
Los pequeños pinchazos en la cabeza no parecían remitir, y francamente, me resultaban molestos.

-Oh bueno -me atreví a esbozar una media sonirsa, apoyándome en el marco de la puerta.- Entonces, ¿No puedo decir que hayas dormido precisamente bien, no?

-No demasiado-repliqué con un sonoro bufido.- Las pesadillas no perdonan a nadie...
Me puse en pie, cuidando de que no em hubiese hecho daño.
Mi estómago comenzó a protestar de repente.
-¡Eeepa!Tengo una sed... y eso que acabo de beber...-comenté algo confundida.

Alcé una ceja, algo extrañado.
-Bueno... siempre puedes probar una galleta -bromeé, sonriendo maliciosa pero divertidamente.

-Callate...-refunfuñé.-Ni por nada del mundo probaría eso...
Mi estómago volvió a gruñir.
-Maldición....

Reí por lo bajo, aún apoyado en el marco de la puerta.
-Bueno, ¿Siempre podemos ir al Bosque, no? También hace bastante que no bebo... -me relamí suavemente los lamios solo de pensar en un rico cervatillo.

-Está bien.. está bien.... ala vamos.-le insté con la mano.
Bajé las escaleras y salí de la casa con paso apresurado

Algo sorprendido por la prisa que tenía, aún me dio tiempo a coger la chaqueta y salir tras ella.

Entre mirando a mi alrededor. Había polvo por todas partes.
Arrugué la nariz al notar la suciedad invadiendo mis sensibles fosas nasales.
No pude evitar un estornudo, tras el cuál me froté la nariz, tratando de suavizar el picor de esta.
Me derrumbé sobre el sofá (había? o.o), levantando una nube de polvo a mi alrededor.
Clavé la mirada en el suelo, dudando si debía contarle todo lo antes posible, o si por el contrario, lo mejor era esperar.

Entré tras Nyr, mirando a mi alrededor. Ciertamente, ya no parecía tan acogedor como aquellos otros días.
Ahora había telarañas y mucho polvo.
Observé cómo Nyr se derrumbaba sobre el sofá (pues claro que había xDDDDDDDDDDDDDDDD) desde una distancia algo alejada, con las manos en la espalda.
Todavía estaba analizando cómo se podría arreglar nuestra casa.
-No está perfecto, pero se puede arreglar... -añadí, proyectando mis pensamiento en voz alta.

-Si... aunque llevará su tiempo...- dije en voz no demasiado alta, esbozando una forzada sonrisa.
Inspiré hondo antes de decir, con voz suave y pausada.
-Cedric... tenemos... que hablar.

Aquellas simples palabras que salieron de su boca me impulsaron a sentarme junto a ella en el sofá, no sin antes darle un buen repaso con la mirada a la alfombra.
La miré, ignorando el hecho de que el mueble estuviera lleno de polvo.
-Cuéntame -musité. Estaba preparado para oírlo todo; por qué se había ido, cómo había vuelto, qué le había ocurrido en aquel tiempo... Suspiré. Esperaba no desesperarme.

-Quiero... ser directa... -musité- Yo...
Me detuve cuando mi cuerpo empezó a temblar. Estaba claro que no había conseguido superarlo.
Hacia poco de aquello.
Podría emepzar desde el principio de todo pero... no podía callármelo por más tiempo. SI lo guardaba solo para mí... acabaría por desesperarme.
-Los perdí... -musité mientras los ojos se me llenaban de lágrimas que no luché por retener- Me marché.. estando embarazada... y fui tan estúpida... de no tener el suficiente cuidado... la ira me pudo y yo... yo... los perdí, Cedric. Están... muertos... y... y sabía que eran gemelos, lo sabía desde el momento en que supe... que estaba encinta... no se como... pero lo supe.. y... ¡los he perdido a los dos!- sollocé atropelladamente, con voz ronca, y temblando violentamente.

Sus palabras resonaron como una especie de eco lejano dentro de mi cabeza.
Me la quedé mirando, mientras hablaba, mientras rompía a llorar, mientras temblaba.
Era una imagen surrealista en mi campo de visión, mientras mi mente asimilaba la información.
Ya no existían.
Aquella verdad golpeó mi mente con la fuerza de una maza.
Y aunque noté cómo por dentro me rompía en pedazos, no solté ni una lágrima, y apenas sí me tembló el labio inferior cuando abrí la boca para hablar.
-... -no articulé ningún sonido, y le pasé un brazo torpemente por los hombros, dándola un mísero abrazo reconfortante.- Maldita sea... Nyr...
Ninguna palabra que me ayudase o en la que apoyarme para animarla me vino a la mente.
Así que simplemente la abracé con fuerza, apoyando mi mentón en su cabeza, mientras notaba, ahora sí, cómo algunas lágrimas acudían a mis ojos.
-No llores...

-Ya no existen Cedric.. ya no existen... -sollocé, mientras enterraba mi rostro en su pecho, y me agarraba de su camiseta con ambas manos, tratando de evitar el violento temblor de estas.

Dejé que me abrazara, y yo mismo la encerré contra mi pecho.
Cerré un instante los ojos, respirando hondo, aún asimilándolo. Era tan... tan duro... y cruel...
Sin embargo, debía recomponerme, y rápido. La acuné suavemente, besándola el pelo con cariño.
-Tranquila...