Nº3 de Road Cranville, Castillo de Nyr y Cedric

Sonreí y le pasé un brazo por los hombros, cariñosamente.
-Fue el mejor reencuentro que he tenido nunca -le comenté, removiéndome un poco bajo las mantas. Me froté un ojo algo infantilmente, y me aparté el pelo con la mano.
Miré a mi alrededor.
-Hum... ¿te apetecería dar una vuelta?

Me eché el pelo hacia atrás con una mano.
-Sí... la verdad es que después de tanto tiempo fuera, necesito dar una vuelta... -confesé bajando lo ojos-Además... aún tengo que habalr contigo... creo que te debo más de una explicación.
Me incorporé con lentitud, sintiendo de nuevo aquel agudo pinchazo en el costado, cerré los ojos con fuerza, mordiéndome la lengua.

Me incorporé antes que ella, totalmente, y me apresuré a vestirme con rapidez. Me puse los zapatos con algo más de lentitud, y la miré de reojo, sin escapárseme que parecía dolorida.
Preocupado, me acerqué de nuevo a ella.
-Ey, ¿estás bien?

Alcé la mirada, tratando de esbozar una sonrisa tranquilizadora.
-Sí... es solo... un pequeño percance que tuve... nada más... -mentí, aunque con bastante convicción.
Busqué distraidamente mi ropa interior, y cuando al fin logré divisarla, me la puse con rapidez, a la vez que retomaba la búsqueda de las demás prendas.

-Bueno... -sacudí la cabeza, no muy convencido. Chasqueé la lengua-. Supongo que si me vas a contar ahora qué ha sido de ti... espero que ese pequeño percance se incluya -musité, muy serio, aunque después me llevé ambas manos a la nuca, observando cómo buscaba la ropa.
-Sino me equivoco, tienes la falda a tan sólo dos pasos a tu izquierda -le comenté, con una sonrisa de niño travieso.

-Sí...- murmuré- Se incluirá...
Atenta a su último comentario, miré en la dirección que me señalaba, y en efecto, la maldita falda se encontraba allí.
-Esto... gracias- murmuré con un sonrisa un tanto tímida.
Tomé la prenda, y traté colocármela correctamente, aunque más de una vez estuve a punto de besar dulcemente el suelo (xDDDDDDDDD)

No le quité el ojo de encima en ningún momento, cruzado de brazos y apoyado en la entrada del salón.
No pude evitar sonreír y sacudir la cabeza una vez más cuando estuvo a punto de caer al suelo. Me aproximé a ella en dos zancadas, en actitud preocupada.
-Hay que ver, no me puedo alejar ni dos centímetrso de ti -murmuré con cierta sorna, vagabundeando por allí para ver si se las apañaba bien ella sola.

Desaparezco un buen rato x.x

Cuando conseguí ponerme la falda sin más percances, le miré, esbozando una media sonrisa.
-Tampoco quiero que lo hagas... -contesté con cierta picardía en mi voz.
Busqué mi camisa, no demasiado lejos, y me la puse con parsimonia, abrochando los botones no demasiado atenta a mi tarea.

Sonreí cálidamente, todavía quieto a su lado, esperando con algo de impaciencia a que terminase de vestirse.
Mujeres, ya se sabe...
-¿Adónde te apetece ir? -le comenté entonces, dejándolo caer como quien no quiere la cosa, al tiempo que me pasaba una mano por el pelo.

Me encogí de hombros mientras trataba de darle orden a mis rebeldes cabellos albinos.
-Puedes elegir... tu andas, yo te sigo- zanjé mientras observaba mi reflejo en un espejo, pasándome los dedos por el pelo, tratando de reprimir muecas de dolor ante los tirones que me provocaban los numerosos enredones.
Resoplé cómicamente, comenzando a perder la paciencia.