Nº 2 de Road Cranville, Mansión de Kyrd y Lady Deloys

Suspiré.
<<No lo estás>> pensé, para mí.

Le dediqué una dulce sonrisa y me levanté con energía.
- Ey, ¿hacemos algo?

Noté una presencia en el aire. Una especie de pulsación, como había llamado Eyre.
Me incorporé con rapidez.
-Sí, claro, salgamos de aquí.
La cogí de la mano y la saqué de allí.
Salimos.

Entramos por la ventana y yo dejé a Emily en la cama. No sabía muy bien que hacer en aquellos momentos.
-Em... ¿empuja? -apreté la mandíbuja, estaba empezando a sangrar.

Abrí mucho los ojos, decidiendome entre echarme a reir o llorar.
- ¿Qu.. qu-é que?- tartamudeé.
Me tumbé en la cama boca arriba y grité de dolor. Aquella cosa me estaba desgarrando por dentro.
Cogí la mano de Kyrd y la apreté con fuerza, hasta que mis nudillos quedaron completamente blancos.

Cerré mi vía respiratoria y solté la mano de Emily. Apreté la mandíbula de nuevos y me dispuse a sacar al bebé de Emily. Tenía prácticamente la cabeza fuera y se removía en el interior de Emily. Con cuidado, mucho cuidado, lo saqué del vientra de ella y lo envolví en una manta.
Tardé más de un cuarto de hora en hacer todo eso. Era dificil con una mujer retorciéndose de dolor y un bebé fuera de control.

Sonreí, mirando por encima al pequeño bebé que Kyrd tenía entre sus brazos.
Y luego, todo se volvió negro.

Pasaron cerca de quince horas.
Yo había logrado controlar la hemorragia de Emily y sus constantes eran estables.
Mientras esperaba a que se despertase yojugaba con nuestro bebé. Había resultado ser una hermona niña de ojos grises azulados y un pelito castaño con algunos rizos. Su piel era dura como la mía, pero dentro de ella latía un corazón y la sangre corría rápidamente por sus venas. Sonreí y ella me devolvió la sonrisa.

Abrí los ojos lentamente, moviendo simultaneamente la mano derecha.
- Hola...- apenas susurré.
Estaba pálida y ojerosa, completamente débil.

Me acerqué a ella con el bebé en los brazos y le di un beso en la frente.
-Hola, mamá -sonreí con calidez.
Le mostré al bebé, el cual sonrió al ver a Emily.

Le devolví la sonrisa y cerré los ojos.
- ¿Como se llamará?
Con una soberano esfuerzo alargué los brazos y cogí al bebé, acunandolo entre mis brazos. Mi bebé.

Me crucé de brazos.
-Era... Ilain, ¿verdad? -sonreí.
Acaricié la cabeza de Emily con cuidado.

Asentí y volví a bajar la mirada a la pequeña.
Sonreía mientras jugueteaba distraída con el colgante en forma de pluma que jamás me quitaba.

Soreí mientras las veía a las dos.
Aquella escena no se me olvidaría en la vida.
Pero algo golpeó mi mente.
-Mierda....

Levanté la mirada hacia Kyrd.
- ¿Ocurre algo?

Miré a Ilain.
-¿Con qué piensas vestirla?

Me mordí el labio inferior, mirando a Ilain pensativa.
- Pues no lo sé, jeje- reconocí al final, encogiendome de hombros en gesto culpable.- ¿No tendrías algo por aquí? En el desván o algo. Quizás los antiguos propietarios tubieran hijos...

Ladeé la cabeza.
Fui a mirar al desván y lo unico que encontré fue una especie de traje en miniatura que se abrochaba entero en los hombros.
Se lo llevé a Emily y miré por la ventana.

Me quedé mirandolo. ¿Pero de qué siglo era eso?
Suspiré y con esfuerzo, se lo puse a Ilain.
- Venga, mi niña, te toca un rato con papá, estoy cansada.
Le tendí la niña a Kyrd, quien la cogió con estrema dulzura.
A>poyé la cabeza en la almohada y los contemplé medio ida.

Cogí a la niña con cuidado y la observé. Era preciosa, con casi todos los resgos de su madre.
Levanté un dedo y jugué con ella. Ilain lo intentó coger y al final, en un rápido movimiento, a velocidad vampírica, lo atrapó. Sonreí de sorpresa y reí. Reflejos no le faltaban.
Ilain bostezó y me miró con ojos llorosos y una sonrisa en los labios. Le di un beso en la frente y la bebé soltó una carcajada angelical.

Solté una carcajada, reteniendo aquella imagen en mi retina.
Salí de la cama empapada de sangre y apoyándome en la pared, conseguí levantarme.
- ¿Qué comerá esta niña?

Me encogí de hombros.
-Lo mismo que tú, supongo.
Miré a Emily.
-¿Por qué no te das una ducha? -murmuré y apreté la mandibula, tanta sangre no era bueno para mí.

Asentí, aunque me sentía entumecida y cada paso era como un cristal roto desgarrandome.
Fui al cuarto de baño y me duché por espacio de mas o menos una hora y media. Cuando salí, estaba como nueva.
Me envolví en una toalla (que no hay albornoces en la Edad Media) y volví de nuevo al dormitorio.
- ¿Y ahora qué? ¿Me visto con tu ropa?
Me acerqué a Ilain, que jugueteaba con las gotas que caian de mis cabellos mojados.
Sonreí.

Señalé al armario empotrado que había en la habitación.
-Hay muuuuchos vestidos de Deloys ahí. Ponte el que más te guste, si esque te gusta alguno.
Antes de que se fuera la agarré por el brazo y la atraje a mí. Le di un beso cariñoso.
-Muchas felicidades, mamá -dije, en tono cálido.

Sonreí y rodeé su cuello con mis brazos.
- Igualmente- susurré.
Acerqué mis labios a los suyos, rozándolos y jugando con ellos.
- Pero odio los vestidos.
Me separé y acerqué al armario, donde encontré un vestido lila de gasa fina en distintos tonos.
Suspirando, me lo puse.

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